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Preguntas frecuentes

Recomendaciones

Si está manchado o tiene restos de comida, ¿es basura orgánica o envase?

Es una de las dudas más frecuentes a la hora de separar residuos: ¿qué hacemos con los envases reciclables pero que están manchados? En general deberíamos limpiar todo lo posible los envases que se puedan reciclar, vaciando el contenido y enjuagando bien botes, botellas, yogures, tetrabricks, etc.


En el caso del papel es casi imposible limpiar la suciedad, especialmente la grasa, por eso solo deberían destinarse al contenedor azul papeles y cartones totalmente limpios. Por ejemplo, no podemos echar un cartón de pizza manchado.


Sin embargo, si en nuestra ciudad ya existen los contenedores de residuos orgánicos, ahí sí podemos depositar papel de cocina sucio, servilletas de papel usadas, bolsitas de té usadas o papel y cartón sucios de salsas o aceite.

¿Qué se considera un residuo orgánico reciclable?

Prácticamente todos los restos de comida que salen de nuestra cocina:


Restos de frutas y verduras: productos echados a perder, huesos y semillas, pieles, hojas...

Residuos de carnes y pescados: huesos, pezuñas, pieles, espinas, cabezas, aletas, órganos, sangre, grasa, plumas...

Restos de productos de panadería: pan, pan de molde, galletas, dulces...

Sobras de comida cocinada.

Huevos: enteros, yemas, claras o cáscaras, de cualquier especie, crudos o cocinados.

Desperdicios de frutos secos: enteros, cáscaras o pieles. Residuos de mariscos: patas, cáscaras, conchas...

Posos de café, té e infusiones, incluyendo bolsitas individuales, aunque tengan grapa.

Restos de hierbas y plantas: hojas y tallos de aromáticas, residuos de tierra, semillas, flores...

Papel absorbente de cocina, servilletas de papel y platos o bandejas de cartón manchados con restos de comida.

Cualquier papel y cartón de celulosa que tenga restos alimentarios (por ejemplo, de carnicería).

Cajas de cartón de pizza y otras comidas preparadas.

Tapones de corcho: los tradicionales de las botellas, vigilando que no sean sintéticos.

Palillos, palitos de helado y brochetas que no sean de plástico o metal.

Si en nuestra ciudad o barrio aún no existe la separación de residuos orgánicos, utilizaremos el contenedor gris habitual como de costumbre.

                                                   

Formas de hacer compost

Algunos datos

​

Contenedor verde: residuos orgánicos (los restos de comida)

Hasta hace poco lo habitual era destinar al mismo contenedor gris toda la basura que no correspondiera al amarillo o azul. Ahora cada vez más ciudades están implementando un sistema de separación de residuos orgánicos para reciclarlos de forma eficiente y obtener nuevos recursos como energía o fertilizantes. Suele ser un contenedor gris de tapa marrón.

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Contenedor blanco: envases plásticos y metálicos

El contenedor blanco se relaciona con los "plásticos", pero más bien deberíamos hablar de envases. Lo ideal sería vaciar y limpiar bien cada producto con restos orgánicos para facilitar un reciclaje verdaderamente efectivo; en algunos países como Japón es una práctica habitual por la que te pueden llamar la atención si no la cumples.


Casi todos los envases no orgánicos que usamos en la cocina tienen como destino el contenedor blanco.

Contenedor blanco por objetos

División del contenedor blanco

Contenedor blanco: envases plásticos y metálicos

Bricks de leche, zumo, salsas, vino, gazpacho, cremas, nata y otras bebidas y líquidos. Lo adecuado es vaciar, enjuagar y doblar.
Botellas de plástico de refrescos y otras bebidas.
Bidones y garrafas.
Latas de bebidas, refrescos, cervezas o similares.
Latas de conserva. Metálicas y sin restos de alimento, preferiblemente sin nada de grasa o aceite, muy contaminante.
Tapaderas metálicas de frascos de vidrio.
Tapones de plástico.
Envases y tapas de yogur (no de vidrio, barro o cerámica) y postres lácteos, limpios.
Tarrinas y envases plásticos de mantequilla, margarina y similares.
Envases plásticos de quesos y productos similares.
Vasos y platos de plástico, sin restos de comida.
Bandejas de aluminio.
Bandejas de poliespán (corcho blanco).
Plástico film transparente.
Papel de aluminio.
Cajas pequeñas de madera limpias.
Blísters de comida preparada (envases de sándwiches, ensaladas listas para tomar...).
Vasos de máquinas expendedoras de café y otras bebidas.
Bolsas de red de la fruta y verdura.
Redes o fijadores de packs de latas.
Bolsas de aperitivos, golosinas, snacks y similares, totalmente vacías.
Bolsas de plástico de productos frescos y congelados.
Barquetas, cestas y cajas de alimentos de plástico.
Bolsas de plástico de la compra.

Contenedor blanco: papeles y cartones sin manchar

Cualquier papel o cartón limpio sin partes de plástico.
Hueveras (sin restos de huevo que se hayan podido romper).
Cajas de cartón de cereales, galletas arroz, cuscús, harinas...
Bolsas de papel.
Papel absorbente de cocina limpio (importante: nada de aceite).
Barquetas y cestas de cartón.
Servilletas y papeles de celulosa limpios.
Embalajes de cartón de los yogures y otros productos refrigerados o congelados.
Lo más importante a la hora de reciclar papel y cartón es procurar que siempre estén limpios, sin restos orgánicos, y sin plásticos u otros materiales adheridos.

Contenedor blanco: solo vidrio

Botellas de vidrio: vino, licores, zumos, refrescos, salsas, agua, gaseosa, cerveza... idealmente, enjuagados, sin tapones o corcho y sin las etiquetas.
Garrafas de vidrio.
Frascos de conservas sin las tapas.
Frascos o tarros de mermeladas, confituras, salsas y otros alimentos, sin las tapas.
Vasos de yogur y otros postres lácteos de vidrio (no barro o cerámica).
Las conservas habría que vaciarlas muy bien y limpiarlas para no depositar restos orgánicos. También es buena idea reutilizar estos envases, la mayoría son muy prácticos para guardar legumbres, semillas, especias o nuestras propias conservas

Contenedor blanco de toda la vida

Es el contenedor "de restos", donde en teoría se deposita todo lo que no tiene lugar en los anteriores, o el último recurso si no lo tenemos muy claro. Aquí entrarían todos los residuos orgánicos ya enumerados en el primer apartado, siempre que nuestra zona no aplique aún la separación adecuada.


Cualquier residuo orgánico con restos de comida, cocinada o cruda, de cualquier naturaleza.

Papel o plástico encerado (el típico de charcutería).

Chicles, caramelos, gominolas y chucherías varias.

Los estropajos y paños de limpieza de la cocina.

Plásticos que no aparecen en la categoría del contenedor amarillo, como guantes.

Pequeños textiles.

Utensilios de cocina: espátulas, varillas, lengüetas...

Cubertería (salvo la desechable de plástico).

Cristalería: vasos y copas.

Cerámica y porcelana.

Vajilla en general (salvo los plásticos y cartones reciclables).

Bombillas (no tubos fluorescentes).

Cuchillas (como las que se usan para greñar el pan).

Menaje de cocina pequeño en general.

Suciedad recogida de la limpieza (polvo, pelo, grasa, arena, cera, ceniza...).

Arena de gato o de roedor doméstico.

Puntos limpios: aceite, cápsulas de café y más

Todavía nos quedan residuos típicos de cocina que no corresponden a ninguno de los contenedores específicos; son los más conflictivos y requieren depositarse en un punto limpio. Son espacios fijados por cada ayuntamiento; normalmente hay puntos fijos y otros móviles que se desplazan siguiendo un horario a los distintos barrios o pueblos.


Los productos destinados a los puntos limpios más frecuentes en la cocina son:


Aceites culinarios. Se pide que esté limpio, filtrado de impurezas, y normalmente hay que vaciar el envase donde lo traslademos en el contenedor adecuado. Aunque algunos puntos móviles cogen directamente el aceite que llevemos tal cual y se ocupan ya ellos.

Cápsulas de café (se pueden llevar también a establecimientos autorizados).
Sartenes, cazuelas, moldes y ollas, sobre todo los más grandes.
Tubos fluorescentes (también recogen bombillas convencionales).
Pequeños y grandes electrodomésticos, desde una batidora hasta la nevera.
Grandes textiles.
Pintura y colorantes de uso no culinario.
Espejos.
Pilas y baterías.
Pequeños escombros de posibles obras o reformas.
Medicamentos o sustancias potencialmente tóxicas.
Mecheros.

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